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Las hemorroides, o también llamadas almorranas, son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto, similares a las venas varicosas.

Afectan a una gran parte de la población (casi tres de cada cuatro adultos tendrán hemorroides en algún momento de su vida) y sus causas suelen estar relacionadas con:

• El estreñimiento o dificultad para defecar con regularidad,
• La diarrea,
• El incremento de la presión intraabdominal,
• El embarazo,
• El sobrepeso,
• La propia genética de la persona,
• Tener una dieta con bajo contenido de fibra.

Uno de los estudios más recientes sobre esta patología refleja que, en España, más del 55% de la población padece de hemorroides, siendo más frecuente en mujeres entre los 25 y 85 años.

Tipos de hemorroides

• Hemorroides internas: como su nombre lo indica, se localizan en la parte interna del recto y, en ocasiones, crecen hasta sobresalir. Generalmente provocan sangrado y dolor. Según sus características, hay cuatro grados que van del grado I, de menor tamaño, con sangrado y sin prolapso, al grado IV, de mayor tamaño y con prolapso permanente.
• Hemorroides externas: están situadas en la parte externa del ano, recubiertas de piel. No sangran, aunque pueden producir sensación de pesadez y dolor anal.

¿Cómo saber si tengo hemorroides?

La sintomatología depende del tipo de hemorroide que presente el paciente. Sin embargo, en mayor o menor medida, puede manifestarse con sangrado, picor, inflamación, ardor, molestias al defecar, hinchazón alrededor del ano.

Tratamiento para las hemorroides

Pese a lo común que se ha vuelto sufrir de hemorroides, esta es una patología a la que hay que prestar especial atención ya que, de no tratarlas a tiempo y de la manera correcta, puede dar lugar a futuros problemas colorrectales.

Dependiendo del tipo de las hemorroides, el especialista determinará el tratamiento que considere oportuno, pudiendo abarcar desde una dieta saludable, aplicación de ungüentos hasta cirugías en los casos más graves.

Los baños de asiento suelen ser aconsejados en los casos agudos. La metodología consiste en usar agua caliente, nunca más de 10 minutos, para que el esfínter se relaje.

Es habitual recomendar una dieta rica en fibra acompañada de la ingesta de abundantes líquidos. Suprimir el consumo de especias, picantes y bebidas alcohólicas.

En cuanto a un tratamiento tópico, las cremas y pomadas son las principales recomendaciones. Se aplican durante menos de 10 días con el objetivo de aliviar la hinchazón y el edema. Asimismo, es habitual recetar medicación por vía oral para facilitar el momento de la defecación, es decir, para que el paciente no sufra estreñimiento.

En lo que a tratamientos ambulatorios se refiere, el más común suele ser el Banding, que consiste en colocar unas pequeñas gomas alrededor de las hemorroides, sin realizar ningún tipo de herida, con el objetivo de que las almorranas se caigan solas.

En segundo lugar, está el láser neoV, que tampoco implica ningún tipo de herida ya que busca coagular las hemorroides. La recuperación es muy rápida.

Finalmente está la cirugía, que solo es necesaria en los casos más graves, y que consiste en la extracción de las hemorroides. Sólo la llega a requerir entre el 5% y 10% de los pacientes.

Una dieta saludable rica en fibra, la práctica frecuente de ejercicio y evitar pasar largos ratos sentados, son factores que ayudan a evitar la presencia de las molestas almorranas.