Tu Canal Médico

Pese a lo complejo que ha sido el 2020, ya están aquí las fiestas navideñas y con ellas el deseo de compartir y pasar tiempo de calidad entre familiares y amigos.

Disfrutar de una buena comida por estas fechas es una tradición que se remonta a muchos años atrás y difícilmente podrá ser sustituida, pues la calidez de esta época invita al disfrute y, en muchos casos, a los excesos en la comida.

Sobre este tema hay diversas investigaciones, siendo una de las más conocidas un estudio publicado en 2018 por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) el cual arrojó que, durante las Navidades y las múltiples celebraciones que se llevan a cabo, los españoles suelen aumentar entre 3 y 5 kilos de peso.

Este cálculo responde a que, en promedio, una sola comida de Navidad podría aportar entre 2000 y 2500 kilocalorías por la cantidad de azúcares y grasas que aportan las preparaciones.

Evitar comer en exceso: La meta menos cumplida

Una de las promesas más comunes con la llegada de las Fiestas es procurar evitar los excesos en el consumo de comidas y bebidas; sin embargo, para la gran mayoría esta es una promesa que se vuelve cuesta arriba.

Jamón ibérico, asados de pollo, pavo, cochinillo, cordero, guisos, harinas, churros, chocolates, turrones, gaseosas y bebidas alcohólicas, son solo algunas de esas comidas y bebidas ricas en grasas, calorías, carbohidratos y azúcares que suelen prevalecer durante estas fechas.

Sin embargo, y por tratarse de un momento en concreto, llegamos a pensar que no hay problemas en extralimitarse, pero en función de las cantidades que se consuman y la frecuencia de las mismas, sí que podría haber consecuencias a corto, medio o largo plazo.

Indigestiones, estreñimiento, malestar general, sensación extrema de estar lleno y somnolencia, son algunos de los malestares que podrían llegar a sentirse después de un exceso en las comidas y ello responde al esfuerzo de nuestro organismo por digerir todos los alimentos consumidos.

Según explican especialistas en nutrición y dietética, el problema de los excesos durante las Fiestas es la dificultad que tienen algunas personas en dejar de comer de esa forma en los meses posteriores, convirtiéndose al final en un erróneo estilo de vida.

Y es que, todos esos alimentos procesados traen consigo problemas de salud que pueden terminar en obesidad, glicemia, hipertensión y muchas otras enfermedades.

“El invierno nos hace comer más”

“Cuando llega el invierno comemos más”. Esta es una creencia que se ha mantenido con mucha fuerza a lo largo de los años; sin embargo con el paso del tiempo, los avances tecnológicos y las investigaciones, se ha logrado demostrar que esa teoría no es del todo cierta.

Según especialistas en nutrición, hoy en día con la cantidad de ropa que se usa y la calefacción, no es necesario un aumento en la ingesta calórica ya que el cuerpo está lo suficientemente protegido del frío.

Lo que sí es cierto es que cuando el cuerpo tiene una temperatura corporal inferior a los 36 grados, automáticamente demandará la ingesta de carbohidratos o grasas para poder mantener su funcionamiento de forma regular. A eso se debe que en invierno haya momentos en los que se presenten ciertos tipos de antojos.

Disfrutar de las Fiestas sin extralimitarse es posible

Para evitar futuros arrepentimientos, aconsejan que lo ideal es cuidar desde el inicio de las Fiestas las comidas que se consumen.

La idea no es privarse sino comer con conciencia y ajustarse a los nutrientes que nuestro cuerpo realmente necesita.

Diseñar un menú de Navidad sano es posible sustituyendo todos aquellos productos envasados, con exceso de aditivos químicos y sales, por otros similares pero menos procesados.

Considerar comidas con gran contenido de verduras y hortalizas, preferiblemente crudas, es otra de las recomendaciones.

El día de la celebración es importante sentarse a la mesa con la intención de compartir y no con un hambre desbordada, eso ayudará a que la persona no coma en exceso.

Otro de los consejos es que una vez concluida la comida se retiren las sobras para no seguir comiendo sin tener hambre, lo que evitará sensaciones de estómago lleno, estreñimiento, diarreas o ganas de vomitar.

Estas celebraciones deben ser consideradas como momentos para el sano disfrute con la familia. ¡Felices Fiestas!