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Retomar o encontrar un nuevo ritmo de vida tras la llegada de la pandemia por Coronavirus se ha convertido en todo un reto para la humanidad, principalmente por el cambio tan drástico en los estilos de vida.

El mundo pasó de una rutina de salir a la calle a trabajar, hacer ejercicio, asistir a reuniones sociales y familiares, llevar a los niños a la escuela, viajar por placer o negocios y mucho más, a estar en casa, en confinamiento total, junto a toda la familia durante las 24 horas del día.

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Ante un panorama gris, la incertidumbre, angustia y el miedo hicieron de las suyas. El golpe económico que ha generado la pandemia desde su llegada y con ello la masiva pérdida de empleos en todo el mundo, el aumento atroz de los números de contagios y muertes, sumado al estrés de estar encerrados en casa sin poder salir, hizo que muchas personas entraran en procesos depresivos y de ansiedad muy graves.

A razón de todo esto, el sueño, uno de los procesos biológicos más importantes del ser humano, se vio directamente afectado.

Un informe presentado en mayo de 2020 por el Observatorio Global del Sueño, indica que antes de la pandemia, el insomnio afectaba en torno al 20% – 30% de los españoles; sin embargo, a partir de febrero – marzo de 2020, los casos de personas que aseguraron tener algún trastorno del sueño se incrementó hasta el 62%.

Se calcula que esta cifra pudo haberse replicado, quizás con ligeras diferencias, en todos los países del mundo ya que ha sido una situación generalizada que ha afectado a todo el planeta.

Asimismo, según refleja el estudio, una vez que se inició la desescalada y la gente pudo volver a salir a las calles a dar breves caminatas, se pudo notar una mejoría en cuanto a la recuperación del sueño.

Según el portal de Noticias de la Universidad de Cantabria un 37% de los españoles afectados con algún tipo de trastorno del sueño afirmó sentirse y dormir mejor.

¿Por qué dormir bien es tan importante?

Tener un sueño reparador es fundamental para cualquier persona ya que el organismo requiere un mínimo de 8 horas de descanso al día para su correcto funcionamiento. De hecho, se ha demostrado científicamente que tener un sueño reparador durante ocho horas diarias beneficia física y mentalmente a la persona.

Es común que alguien que no logra dormir bien sufra de irritabilidad y otros problemas en sus estados de ánimo. Quienes no duermen bien, también son vulnerables a sufrir enfermedades cardiovasculares y glicemia, hipertensión, obesidad, depresión, ansiedad, problemas de memoria y además acelera la posibilidad de padecer algún tipo de accidente cerebrovascular.

Lo ideal es que estos periodos de descanso se realicen de forma continuada durante las noches, sin embargo, hay personas que se ven obligadas a modificar sus horarios debido a temas laborales, por ejemplo: personal sanitario, conductores, personas que trabajan en bares nocturnos, policías, militares y otras tantas ocupaciones.

En estos casos también hay un tipo de trastorno del sueño, aunque no voluntario. Lo importante es que quienes no puedan dormir en horas nocturnas, procuren hacerlo de forma continua durante el transcurso del día durante al menos 7 horas.

Tipos de trastornos del sueño más comunes:

• Insomnio: Dificultad para lograr conciliar el sueño y mantenerlo durante toda la noche. Un ejemplo serían aquellas personas que aseguran tener problemas para quedarse dormidos o que tienden a despertarse cada cierto tiempo.

Las posibles razones para que una persona sufra de insomnio pueden ser el estrés, preocupaciones o la costumbre. En estos casos lo recomendable es acudir al médico.

• Apnea obstructiva del sueño: La apnea es un tipo de trastorno muy común. Se trata de un proceso en el que la respiración se interrumpe por pocos segundos y al volver lo hace con un ronquido o resoplido, aunque esto no significa que todas las personas que roncan tienen apnea obstructiva del sueño.
• Síndrome de las piernas inquietas: Es una afección que genera una necesidad incontrolable de mover las piernas. Suele afectar a las personas por las tardes o las noches, cuando está recostada o sentada.
• Narcolepsia: Este trastorno crónico del sueño tiene lugar cuando la persona sufre ataques de sueño repentinos y muy extremos durante el día. Al momento de presentarse estos episodios la persona puede estar haciendo cualquier tipo de actividad, por ejemplo, conduciendo, trabajando o en una reunión con amigos.

Los síntomas más frecuentes son: somnolencia excesiva durante el día, pérdida muscular repentina, parálisis del sueño y alucinaciones.

• Somnolencia diurna excesiva (SDE): Es un tipo de trastorno que se caracteriza por tener impulsos de dormir durante el día y, según estudios, afecta entre el 4 y el 20% de la población española.

En la gran mayoría de los casos, tiende a aparecer por fatiga, preocupaciones y ansiedad.

• Desfase horario: Suele ser una alteración del sueño temporal. Es muy común que aparezca cuando el reloj biológico de la persona no coincide con la hora local del lugar en el que se encuentra; sin embargo, es importante atender estas variaciones a la brevedad ya que pueden ser un desencadenante de otros trastornos más graves como el insomnio.

Consejos para dormir bien

Distintos Institutos Nacionales de Salud del mundo han determinado que es obligatorio para el cuerpo contar con un descanso mínimo diario de siete horas.

Entre las recomendaciones que aportan de manera general están: 

• Procurar dormir todos los días a la misma hora.
• Evitar tomar siestas de más de 30 minutos, especialmente después de las tres de la tarde.
• Evitar el consumo de cafeína, tabaco y alcohol o, al menos, no hacerlo de forma excesiva.
• Hacer ejercicios con regularidad, ya que la actividad física recurrente drena el estrés acumulado en el cuerpo.
• No hacer comidas pesadas antes de acostarse. Tampoco es recomendable irse a la cama con hambre. Una comida sana y no muy pesada es ideal para tener un sueño tranquilo.
• En la medida de las posibilidades, hacer del dormitorio un espacio único y diferente al resto de los lugares de la casa. Por ejemplo, disponer una iluminación más cálida para que cada vez que la persona entre a su habitación, el cerebro automáticamente reconozca que se trata del sitio para dormir y se acople a ello.
• Evitar el uso del móvil y televisión antes de dormir. Especialistas aseguran que, por el exceso de luz y brillo que tienen las pantallas, el cerebro deja de producir melatonina, que es la hormona encargada de producir el sueño. Hay casos de personas que aseguran que solo pueden conciliar el sueño con la televisión encendida o tras usar el móvil un par de minutos antes de dormir, pero la calidad del descanso es muy mala.

• Practicar rutinas relajantes antes de dormir como meditar, escuchar música que ayude a descansar la mente (se recomienda la musicoterapia a 432hz), leer algún libro…
• Si hay problemas para conciliar el sueño no se recomienda reposar en la cama por más de 20 minutos. En esos casos la mejor opción es levantarse, tomarse un té y practicar alguna actividad relajante.
• En caso de que la imposibilidad para dormir se vea alterada a diario o con frecuencia, es importante acudir al especialista para que haga las revisiones e indicaciones pertinentes según cada caso.

Con la llegada del Coronavirus los trastornos del sueño aumentaron de forma exponencial, motivados por el estrés y la incertidumbre; por esta razón, los psicólogos y psiquiatras figuran entre los especialistas médicos que mayor demanda han tenido en los últimos meses.

Dormir bien forma parte de una rutina necesaria para la supervivencia, ya que el sueño le da al cuerpo el descanso necesario tras las actividades y ocupaciones del día a día.

Velar por un buen descanso será un proceso que nuestro organismo agradecerá ya que le permitirá mantenerse saludable y lleno de energía para responder a las exigencias diarias.